Miguel Angel Jimenez Blanco
Miguel Angel Jimenez (en rojo), lider de la policia comunitaria de Guerrero (UPOEG), en la busqueda de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Acatlan, Guerrero, Octubre 30, 2014 Reuters/Henry Romero

Miguel Ángel Jiménez Blanco, un activista político dedicado a encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa desde que estos fueron secuestrados y aparentemente asesinados por grupos delictivos en complicidad con el gobierno local de Iguala Guerrero. Jiménez, fue encontrado muerto en su taxi el sábado pasado cerca de la ciudad donde el ayudo a formar el grupo de policías comunitarias para la búsqueda de los académicos. La versión oficial de la procuraduría fue que los normalistas fueron incinerados en un basurero a orillas de Iguala.

Como miembro de UPOEG otro de los compañeros y líderes Bruno Placido confirmo la muerte del activista y dijo que ya había recibido amenazas relacionadas con la búsqueda de los estudiantes. Después del 26 de Septiembre de 2014, Jiménez inicio una ardua búsqueda por los cerros de Iguala, en el estado de Guerrero. La intensa inspección alrededor de la supuesta escena del crimen llevo a Jiménez a descubrir una cantidad incontable de fosas clandestinas llena de cuerpos humanos, que hasta la fecha no se sabe su identidad, trabajo que debe hacer el gobierno federal.

Miguel Ángel Jiménez, asumió el rol para expandir la búsqueda y pruebas contundentes para evidenciar que la versión oficial no era para nada creíble. Conforme pasaba los días y la búsqueda de la policía comunitaria se profundizaban en los cerros de Iguala, sus esfuerzos dieron con una cantidad de tumbas con cuerpos entregados a las autoridades, sin que se sepa hasta la fecha nada sobre las víctimas. El siempre buscaba ayuda, explico otra activista, ¿Si no son los cuerpos de los estudiantes, entonces quiénes son? Preguntaba.

Después del esfuerzo de casi un año de búsqueda de Jiménez, en Julio pasado el procurador general confirmo la existencia de por lo menos 60 fosas comunes con 129 cuerpos humanos que se han encontrado en las faldas del cerro de Iguala, la mayoría siguen sin identificar. Jiménez, también organizo el programa de policía comunitaria para luchar contra el secuestro, asesinatos y extorsiones que son objeto los residentes de la zona por grupos criminales.

Por lo que, en varios ocasiones confirmo que lo habían amenazado “la gente que está envuelta en estas cosas y a las que sus intereses se han visto afectados” confirmando que lo estaban siguiendo en su pueblo, Xiltianguis, Guerrero. Sin embargo, eso no lo hizo parar su activismo dentro de la comunidad afectada por la impunidad de grupos criminales en complicidad con el gobierno, tanto local, estatal como federal. El problema va más allá de drogas, sino también, la cultivación, pelea de grupos por el control, extorción, explotación forestal ilegal y disputas terrenales.

“Yo no hago esto por mi o por todos los abusos a los que hemos sido sometidos y los que vivimos ahora. Yo lo hago por la próxima generación y por mis hijos” dijo Jiménez en una de sus últimas declaraciones, “Si alguien no se sacrifica ahora mismo, me pregunto ¿quién lo hará? Puntualizo.

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